Los pequeños detalles para formar una comunidad
Una comunidad se construye con el apoyo mutuo y la solidaridad entre sus miembros. Todos somos parte de una comunidad. La familia es una de ellas, por ejemplo. También nuestro vecindario y otros grupos en los que nos vemos relacionados por algo en común.
Este año hemos aprendido que los vínculos de apoyo nos ayudarán a hacerle frente a cualquier reto. Y en realidad, los detalles para formar una comunidad unida son fáciles de cultivar, porque en una época donde la distancia es salud, debemos acercarnos de nuevas formas.
Conócelos
El primer paso para crear vínculo es conocer a las personas. Sus nombres, sus intereses y fortalezas. No es necesario tener una gran conversación, pero sí ir construyendo la cordialidad.
Consulta sus necesidades
Una comunidad es un tejido social donde cada eslabón fortalece al resto. Por ello es importante conocer las necesidades de los miembros del grupo. Si se presenta una crisis, lo mejor es saber dónde y cómo podemos apoyar al resto para que todos sigamos fuertes.
Entiende los límites
También es importante recordar que una comunidad se compone de individuos. Cada cual debe establecer límites entre sí mismo y los demás, es decir, saber hasta dónde puedo cuidar y apoyar a otro sin descuidarme. De esta forma se mantiene sana la relación entre todos.
Organícense
Si ya conocen las fortalezas y necesidades de cada miembro de la comunidad, pueden empezar una red de apoyo organizada con roles, que en un futuro les beneficie para afrontar juntos una nueva problemática.
Convivan
Y más importante aún: Conserven el lado divertido de su relación. Organicen llamadas o grupos de WhatsApp para conversar con soltura. Recuerden que la risa es también una forma de crear vínculos.
A veces es difícil avanzar en conjunto, pero con el paso del tiempo cualquier descubre que la calidad del avance es mejor. ¿Cuál es tu forma favorita de unirte a quienes te rodean?